El mismo corderito.

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habrá que ser más atento y no perder de vista al corderito.
es que es un peligro ese corderito
ya se me escapó una vez, lo cazé de nuevo
no tiene que esfumarse de nuevo, no.
a inventar tramperas nuevas, más efectivas y dulces
para quitar margen al error del reproche
así los mismos culitos bailan contentos
y nadie se morfa el estofado del placer.


claro, si todo está lindo, siempre es lindo, hasta que llora el sol.


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