lunes, 28 de septiembre de 2009

Gilada


Soy de los que piensan en las casualidades no casuales, osea, hechos formados por nosotros sin darnos cuenta y me tiro para el lado del llamado inconsciente. Un pensamiento, un cruce de palabras pueden traer imaginación real a la cabeza como algo que no pasó pero siempre hay posibilidad de que pase, bueno uno puede verse metido en un problema tan grave como feliz el cual va a traer sensaciones al cuerpo, como escalofríos, temor o hasta sonrisas, es ahí cuando más tarde (un tarde no muy lejano creo yo) esa pepita de imaginación se hace real en un propio círculo de vida, la de cada uno de nosotros, y nos acordamos de lo casual que fue habiéndolo sentido antes o también están esos colgados que lo sienten como deja vú y solo eso.
Jajaja la única manera de echar ese llamado, que por lo general uno siempre imagina lo peor, es caer en la conciencia de lo que uno está pensando y automáticamente no va a padecer esa "visión", simplemente basta con la convicción personal o, si se puede, compartirlo con alguien, el pensamiento y la resolución.
Seguramente piensen que estoy loco o digo bobadas, pero para mi no hay que estar loco para pensarlo, si no que hay que pensarlo para no estar loco.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Como un perro



Me opaca y me inspira a la vez, si que son reacciones que me alertan.
No me engañan y sé que no son perfectas, tienen miedo,
tienen ganas, tengo miedo, tengo ganas,
pero no me engancho en trampas que no son directas
no tengo mi deletreo en el nivel que más podría aprovecharlo,
asique no escondan sus manos y muestren esas ideas,
ideas que sean perversas,
ideas que sean señuelos de un refugio sin poco genio,
refugio de ésta lluvia ácida
que me pela el pescuezo y desnuda lo que siento,
que a la vez provoca esa acidez que me ataca en mareas,
mareas de mil gotas, mareas de cien notas,
mareas de una estrofa punzante en el mariposeo de mi estómago.
No dejan en paz la búsqueda
de ése nuevo tono que me haga vibrar,
que vibre mi alerta, opacándome e inspirándome a la vez.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Consejo de un corazón triste y agotado.

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Párrafo para Carlita:


"Estaría bueno que empieces a tomarte las cuestiones
del amor de otra manera o por lo menos, darle otra visión,
si ya sabés todo lo malo o no malo que es
(creo que la balanza habla por sí sola).
Buscá otras forma o palabras para canalizarlo,
usá la imaginación, volá y hacé que tu corazoncito se sienta
un poco más libre por el simple hecho de haber ido un poco más allá".




Tú amigo, Lucas.


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martes, 1 de septiembre de 2009

Un momento

Ayer después de una tarde-noche larga (porque no conozco la luz del día ultimamente) tuve un momento de lucidez en el olfato y la sentí, sentí todo lo que ella era. Era ese olor a rose y acurrucamiento que había olvidado y del cual nunca nadie volvería habiendo sentido semejante comodidad y paz en su apojeo. Uno se maravilla cada vez que en un segundo se avispa un recoveco interno que saca sonrisas, lágrimas o no saca nada si no que mueve todo por dentro del cuerpo que obra de ensaladera.
A mi me sacaste sonrisas en medio de un viaje tardío lleno de cansancio y dolor de muela, combinando con las luces picantes de la autopista y la brisa que se colaba por la abertura de la ventanilla. Supongo que gracias por, con tan poco, alegrarme un buen rato llevándome hasta la sonrisa del iluso, quien siempre logra su cometido en sueños ricos y después cae en la realidad pobre, pobre porque es sin vos y rica porque aún ese olor me hace sentir todo lo que vos eras.