martes, 1 de septiembre de 2009

Un momento

Ayer después de una tarde-noche larga (porque no conozco la luz del día ultimamente) tuve un momento de lucidez en el olfato y la sentí, sentí todo lo que ella era. Era ese olor a rose y acurrucamiento que había olvidado y del cual nunca nadie volvería habiendo sentido semejante comodidad y paz en su apojeo. Uno se maravilla cada vez que en un segundo se avispa un recoveco interno que saca sonrisas, lágrimas o no saca nada si no que mueve todo por dentro del cuerpo que obra de ensaladera.
A mi me sacaste sonrisas en medio de un viaje tardío lleno de cansancio y dolor de muela, combinando con las luces picantes de la autopista y la brisa que se colaba por la abertura de la ventanilla. Supongo que gracias por, con tan poco, alegrarme un buen rato llevándome hasta la sonrisa del iluso, quien siempre logra su cometido en sueños ricos y después cae en la realidad pobre, pobre porque es sin vos y rica porque aún ese olor me hace sentir todo lo que vos eras.

1 comentario:

Blackbird dijo...

Me encantó.
Sobre todo la última partecita.


TE quiero Lucas! ♥