viernes, 28 de agosto de 2009

El río sigue su curso sin cambio ni pendientes cuando pienso en mi pasado hasta el presente, ahogando mi alma siempre que coqueteo con algún triunfo y éstas son épocas en las cuales todos conocen mi perfección, y es que soy inmune a la derrota.. si siempre la viví perdiendo.
Pero en cuanto la corriente en contra no se haga ola será mi pequeña esperanza, como este café molido en mi mate, siempre voy a poder recuperar la libertad que deriva en el turbio río que aún vive en sus manos y que siempre sopla según el dolor de las heridas de su corazón.

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