Porque pintó, nada más.

.


Nos subimos ya a los techos, contemplamos sonrientes entre copas
nadie puede alcanzarnos ni lastimar más que éstas cuando se vacíen
es todo un paisaje que llueva en verano y que podamos bailar en su ritmo
que nos libere al menos un rato para sentir estas mariposas revoloteando
son tan felices!, que se olvidan de aquellos lazos extraviados en el tiempo
o quizás, también, olvidarlos sobre ese momento festivo para dos
para pedir mil sueños a cada una de las estrellas que saludan a gritos
pienso que cada gota de lluvia es un milagro que se pierde, pero son tan hermosas
olvidaría todo por que nunca dejase de llorar el cielo
que por siempre siembre ilusiones de los colores más fantásticos
para que cada experiencia sea un escalón en busca del preferido a lo hermoso
y poder cantar eternamente al viento confiando en que las hojas suenen.


.