lunes, 12 de septiembre de 2011

Transición



Un sollozo no siempre dura eterno,
tus penas se hicieron arenilla
de cada noche que amantabas de adornos
para matar tu soledad.
Mi presencia te foguea inalterable
y no lo disimulás, quién te repara
no saber seguir el polvo que soy?
Y así te convertís de nuevo en misterio,
ya no divagamos solamente vagamos
sin esperar a ver que pasa, si reparar en nuestros pasos,
de que no se vayan a demasiado.


.

No hay comentarios: