domingo, 9 de febrero de 2014



"... de su carcajada desembocaba siempre un contagio, y entonces, algo se transformaba en el espacio, esa contentación de saber que desde ese momento, solo un instante, todo podía ser un poquito mejor para los que la presenciaban, y hasta quizás la sorprendía una pequeña congestión de sonido tronco que lograse asustarlos, pero tan hermoso para mi.
Eso era, la fortuna de haber sido partícipe de un gramo en su alegría que motivaba mi inutilidad. Lograba animar a mis sentidos, sus limites se fugaban mostrándome aromas nuevos, colores extraños y hasta maneras de llorar. Fue cierto que no era de éste planeta, y vino para enseñarnos tantas sensaciones nuevas que algunas daban miedo, como acostumbramos nuestra reacción a cosas desconocidas, pero en su sonrisa todo era claro, no escatimaba felicidad ni su debilidad a las cosas lindas y,.. encima combinaba tan bien con sus ojos.
Su felicidad eran tan fuerte que invadía tu corazón, tanto como sus comisuras caídas que te obligaban al rescate momentáneo; era esa facilidad de entrar a nuestro lugar más privado, recóndito, infinito y desconocido hasta para uno mismo..."

Eso era.

1 comentario:

Blackbird dijo...

Obvio que éste también me gustó... :)