jueves, 29 de octubre de 2009

Sus uñas eran negras...


Sus uñas eran negras, prueba de que lo que toca se vuelve luz y lo que limpió se lo lleva a su boca para tragarlo y purificarlo con su corazón así después escupirlo pudiendo nosotros respirar todo ese dulce. Ese dulce color magia que solo yo pude ver con éstos ojos débiles carentes de su propio brillo cuando no la ven.
Es como el arcoiris después de una lluvia de rayos violetas esperando a que caiga la noche y renazca esa primer estrella haciendo de su propio reflejo recordándonos que siempre está dispuesta a rasguñar la mugre de nuestros cuerpos y tesoros internos.




1 comentario:

Blackbird dijo...

Que loco es sentir que necesitamos de alguien para poder respirar, para ver luz, para brillar...
Necesidades para vivir...
Necesidad de esa persona para no morir...